"…Desde sus ojos desdibujados se reflejan infinidad de lenguas, las cuales con su calor abrasador queman las palabras, pero a su vez congelan la sangre de quien las roza.
Cierra tus ojos rojos Nancloire y deja que tome tus manos con las mías. Aprieta fuerte pues en este camino no te dejare sola, ya que el sendero de la soga es difícil, pero no imposible de seguir.
Reconoce aun con los sentidos tapados en lagrimas lo que nenecitas y lo que no estas dispuesta a desechar y tómalos en tus hombros como niños.
El peso que sientes no es realmente lo que ellos son. Sino lo que tú sientes que son.
Ahora abre tus ojos que de conejo ya no tienen nada y divisa los rayos de luz que se acercan hacia nosotros. Mira tal fulgor y fúndete con el, pues yo haré lo mismo.
Ahora descansa en las manos de mi existencia. Ya te hacia falta. Pues mis manos desde el día que despiertes no estarán físicamente contigo. Pues en tu interior esta el fulgor que soy yo.
¡Despierta Nancloire!, DESPIERTA…"
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